METAFÍSICA
1. Qué es la Metafísica.2. Libros de Interés.
3. Enlaces de Interés.
4. Pensamiento Forma y Espíritu Envolvente 2018.
5. Los Siete Principios Universales.
6. Festivales Anuales.
7. Decretos.
8. Pensamientos Forma Años Anteriores.
(Según el Diccionario de
La palabra
"Metafísica" proviene del griego metá, que significa "más
allá"; y physiká que es "física". Metafísica, pues, significa
"más allá de lo físico"; aquello que no puede ser percibido por los
sentidos comunes (vista, oído, tacto, etc.). Este término fue usado por Andrónico
de Rodas al ordenar ciertas obras de su maestro Aristóteles, las cuales
trataban sobre el estudio de fuerzas no mesurables físicamente como lo son: el
Amor, la Paz , la Buena Voluntad , la Devoción , etc.
Para comprender mejor de qué trata este
descubrimiento miraremos hacia atrás, al propio origen de la raza humana. En la Biblia , libro sagrado por
excelencia, se comenta que hubo un sabio, descendiente de Adam, de nombre
Enoch, quien era también padre de Matusalén. Enoch vivió más de trescientos
años y se decía de él que era un hombre tocado por la Gracia Divina , a tal
grado que no habiendo medios de comunicación, ni periódicos, lo conocían en
muchas partes del mundo. Por ejemplo, en Egipto lo llamaban el Dios Thoth; en
Grecia: Hermes Trismegisto; en Fenicia: Cadmus, y era tan grande su fama que
cada país se lo quería apropiar y hacerla ver como suyo. Pronto esto generó
cierta fricción, pues no podían tolerar que este gran sabio fuera de origen
judío. Esto no importó mucho al principio, pues su enseñanza se estudiaba con
asiduidad en muchos sitios y universidades de la época. Por cierto, Moisés
estudió su enseñanza en la famosa Universidad de Heliópolis.
Enoch no murió, sino que ascendió, tal y
como lo hizo el Maestro Jesús. Su enseñanza perduraba luminosa y pronto los
esenios la estudiaron y atesoraron. El propio Maestro Jesús la aprendió cuando
estudió con los esenios.
Andando el tiempo la fricción fue aún
mayor; se generaban intrigas, mentiras y deducciones ilógicas acerca del
verdadero origen de Enoch, pero su origen judío era innegable. Esto produjo
tanto odio que comenzó una persecución contra todo lo que Enoch dejó escrito.
No soportaban que un ser tan grande perteneciera a una raza perseguida y a su parecer
"inferior". Se sabe que Enoch escribió cuarenta y dos libros donde se
trataba del origen del universo y del hombre, de geometría celeste, de
astrología, de cosmografía, numerología, y de muchas cosas más. Todo esto
teniendo en cuenta lo difícil que era entonces escribir un libro.
En el siglo IV después de Jesucristo se
decidió quemar todos los libros de Enoch y las copias de los mismos. Aun así,
con el tiempo apareció una copia intacta de uno de sus libros en Abisinia y
otra en Etiopía. La copia de Abisinia pasó a Rusia y hoy no se sabe dónde está,
pero la de Etiopía fue a tener a Inglaterra, exactamente a la Abadía de Westminster. Era
un libro prohibido y se resguardaba contra todo curioso, pero un obispo
anglicano del siglo XIX se interesó tanto en saber de qué trataba que decidió
leerlo e inmediatamente traducirlo al inglés. Este obispo fue quien hizo el
descubrimiento sensacional, el cual se denominó "el nuevo
pensamiento" y que hoy en día es estudiado y practicado por todos los
estudiantes de metafísica del mundo.
Inmediatamente hecho este descubrimiento
(en realidad un "redescubrimiento" pues no era nada nuevo, más bien
se destapó algo que estaba oculto), se crearon organizaciones como lo son: La Ciencia Cristiana ,
La Ciencia Divina ,
Unity, El Puente a la
Libertad , la
Actividad Yo Soy, etc. Todos estos movimientos y
organizaciones estudian lo que se denomina en Metafísica: "El Principio de
Mentalismo". Este Principio ha revolucionado al mundo de hoy a tal grado
que ya son millones de personas que lo practican con maravillosos resultados.
Es la llave de oro que usan para salir de todos los problemas; de las
enfermedades, y de las adversidades.
ENLACES DE INTERÉS
Extractos de los libros “El Kybalión” por Tres Iniciados y
“Metafísica 4 en 1: Vol. I” de Conny Méndez
«Los principios de la verdad son siete: el que
comprende esto perfectamente, posee la clave mágica ante la cual todas las
puertas del templo se abrirán de par en par.»
Aquello que llamamos “Dios” es infinito. Sin limitaciones. Si
decimos Dios es “esto”, o que no es “aquello” lo estamos definiendo y, por
consiguiente, limitándolo. Dios no puede ser definido por nosotros. La mente
finita no puede contener el infinito. Equivaldría a tratar de introducir el mar
en un bote. Sin embargo, nada impide llenar y vaciar el mismo bote tantas veces
como se desee o tantas veces como sea necesario. Así, nosotros estudiamos a
Dios, por partes. Cada parte nos va dejando un poco más de comprensión, al
tiempo que vamos mejorando en calidad, ya que cuanto más se contempla el bien,
tanto más mejora el ser.
Nuestro universo funciona sobre una base séptuple: siete
aspectos de Dios (Amor, Vida, Verdad, Inteligencia, Unidad, Espíritu y
Principio), siete principios universales, siete años en cada etapa del hombre,
siete planetas alrededor del Sol, siete notas musicales, siete colores del
espectro, siete días de la semana, siete meses de gestación antes de que un ser
humano pueda sobrevivir al aire, y así sucesivamente. A medida que el hombre se
va haciendo consciente, va descubriendo mayores dimensiones en todo.
Algunos de los principios universales como Generación,
Polaridad, Ritmo y Vibración se han ido reconociendo y aplicando
científicamente en ciertos estudios como la Biología , la Botánica , la Electricidad , la Música , etc., pero se
ignoraba que podían funcionar en toda la creación.
Siempre han habido Maestros y Avatares, seres más avanzados que
el resto de la humanidad, quienes han sabido todo lo relacionado con los
principios. Hoy la gran masa humana ha adquirido la capacidad de comprender
siete, y el conocimiento es accesible a todos.
Los siete principios son uno, actúan conjuntamente, en todo y
siempre.
«El TODO
es Mente; el universo es mental.»
El
Principio de Mentalismo enuncia que todo es mente; que todo lo que nos rodea,
todo lo que nos ocurre; lo que somos, vemos y sentimos es producto de nuestro
estado mental. Si pensamos que somos gordos, bajitos y feos; seremos eso
exactamente, pero si pensamos que somos delgados, esbeltos y bellos, nuestro
cuerpo se amoldará a nuestro pensamiento. Es una Ley Divina, y las leyes
Divinas jamás se doblegan por nada; son invariables.
Es tan fácil como lo oyes. La mente va
grabando como negativos de fotografías en el subconsciente todo lo que
queramos. Si sólo hablamos de enfermedades, guerras y defectos; pensamos en
ellas, le aplicamos sentimientos y las volvemos a pensar, no faltará mucho para
que nuestro subconsciente se vea obligado a reflejar eso mismo en nuestro mundo
y asuntos. Si, por el contrario, pensamos en cosas agradables y en el bien para
nosotros y los demás, no tardará en manifestarse en nuestro mundo por igual.
La forma de aplicar este maravilloso
Principio es que cuando veamos algo negativo en nosotros o en otra persona,
inmediatamente decretar mentalmente o audiblemente (como prefieras) la verdad
oculta de esa situación, y la verdad es Salud, Vida, Felicidad, Provisión,
Amor. Basta con hacer esto y no volver a pensar más en lo negativo para que la
situación cambie a como la hemos decretado.
Ya sabes que todo es mente y lo has
comprobado y, te repito aquí: no aceptes nada que no puedas comprobar. Lo que
parezca que no puedes saborear déjalo para más tarde.
Los pensamientos son “cosas”. Son
materia. Se manifiestan en lo exterior. Se convierten en sucesos, enfermedades,
tropiezos o premios, desgracias o felicidades, dependiendo de si son negativos
o positivos, y que nadie tiene la culpa de lo que a ti pueda ocurrirte en tu
vida; sólo tú eres el productor de todo lo que te venga o te suceda. Todo
depende del clima mental en que tú vives. Si estás constantemente malhumorado,
no te extrañe que te traten mal. Si vives contento, risueño, feliz, optimista,
no te extrañe que seas popular, amado, bienvenido en todas partes que todo lo que te ocurra sea bueno.
Tenemos libre albedrío de escoger el
bien o el mal, lo negativo o lo positivo. ¡Hágase según tu palabra! Lo que tú
esperas que suceda, lo que tú decretes, sucederá. Lo que niegues, no ocurrirá.
Cuando cambias tu modo de pensar, se transforma la manifestación exterior. San
Pablo lo expresó: “Somos transformados por la renovación de nuestras mentes”.
Si alimentas ciertas ideas no tienes
poder ni manera de cambiar las consecuencias. Éstas son las cosas que verás
suceder en lo exterior. Cada condición y situación de tu vida es la encarnación
de una creencia que tienes en el subconsciente. Está alojada allí y produciendo
su igual en lo exterior.
Tus verdaderas creencias es lo que ves
manifestado. Pero hay una gran diferencia entre lo que tú verdaderamente crees,
lo que tú crees que crees y lo que crees que debes creer. No es difícil
distinguir entre estas tres cosas, porque como no verás suceder sino lo que tú
realmente crees, puedes juzgar tú mismo.
Has oído decir muchas veces que somos
hechos a imagen y semejanza de Dios. Eso significa que somos creadores como Él.
Dios creó los universos con su mente. El mundo en que vivimos no es ni malo ni
bueno. Todo se juzga a través del cristal con que lo veamos.
Te lo voy a dar con el ejemplo
siguiente: piensa en una lámpara. Imagínala con una bombilla de cien bujías.
Ahora colócale una pantalla de color verde. La habitación y todos los objetos
que en ella hay se han afectado. Todos tienen un tinte verdoso. Los colores
limpios se han ensuciado. Los ojos se han ennegrecido. Todo se ha oscurecido.
Ahora cambia esa pantalla y coloca una de color rojo. Todo se ha transformado.
Los verdes se han ensuciado, los rojos se han avivado. Son los mismos objetos,
pero vistos con otro par de ojos. Tú sabes que detrás de esa pantalla siempre
está la bombilla blanca de cien bujías. Lo que estás viendo no es mentira. Está
allí el color, pero es sólo una apariencia. El color verdadero es otro. Tú
puedes quitar ese color en el momento que quieras. Exactamente ocurre en la
vida. Cambia tu creencia, cambia la posición mental que estás manteniendo y todo se transformará.
¿Y por qué no se ha sabido antes? ¿Por
qué no lo enseñan las religiones ni las sectas, ni otras organizaciones
ocultistas? Eso preguntan los discípulos de esta Nueva Enseñanza. Porque todas
las demás organizaciones que buscan Verdad son los pasos que hemos ido dando en
nuestra evolución. Esos pasos han ido apareciendo en la tierra a medida que los
humanos podían soportarlos, comprenderlos, absorberlos. Todas las personas que
están adheridas a esas sectas y religiones lo hacen porque aún las necesitan.
Todas las que están estudiando la Nueva
Enseñanza para la
Era ya superaron las demás. Esta instrucción es la de los
iluminados e Iniciados. Es la que estudiaban los sabios astrólogos, los
llamados “Magos” Reyes que visitaron al Niño Jesús en Belén, los altos
sacerdotes compañeros de Moisés; en fin, lo que instruía Hermes Trismegisto; lo
cual jamás ha estado “oculto” sino para las mentes que aún no podían
asimilarlo. Ya hoy la mayoría de la humanidad está lo suficientemente adulta
para poder digerir las enseñanzas superiores que comienzan por la Psicología , Metafísica,
Principios Herméticos y luego lo que iremos dando en su momento, en esta forma
clara y sencilla.
Principio de
Correspondencia
«Como
arriba es abajo; como abajo es arriba.»
La primera frase de la
Biblia dice: “En el principio creó Dios los Cielos y la Tierra. La Tierra empero estaba
sin forma y vacía…”
“Como es arriba es abajo, como es abajo es arriba” equivale a
decir que en nuestro propio ambiente terreno y en todo lo que nos rodea podemos
leer, descifrar, traducir cómo ocurren esas mismas cosas en otros planos. Que
toda acción y toda condición tienen su analogía o su correspondencia en todos
los demás planos de la existencia, siempre tomando en cuenta que, a medida que
la vida se eleva, se van ampliando las experiencias y los poderes. Veámoslo.
Vamos a tomar un ejemplo terreno y, de acuerdo con el Principio
de Correspondencia, vamos a deducir cómo es realmente ese “Dios” a quien nos
instan a amar, a pesar de la imagen inconcebible de crueldad que de él han dado
las enseñanzas.
¿Cuántas veces te has sentido inconforme, molesto, ante el “gran
misterio” de que los seres humanos nacen en pecado original por una culpa de
Adán y Eva? ¿Qué te ha soplado en el oído tu sentido común? No te has dicho
acaso: “¿Pero qué tendré yo que ver con una pareja que existió –si es que
existió- millares de siglos atrás, y hasta cuándo estaremos pagando la deuda?”
¿Y no has obligado a tu sentido común a callar por el simple hecho de que tus mayores
te enseñaron a no analizar “los misterios divinos”, so pena de algún castigo
terrible?
El sentido común, ése que alguien clasificó como “el más común
de los sentidos”, es la expresión de la sabiduría divina en este nuestro plano
humano. Si notas que algunos de los que te rodean carecen de sentido común
puedes estar seguro de que, si no es retardo mental, ha sido tan frenada y
reprimida su mente por los que le han rodeado, que no se atreve a confiar en su
propio discernimiento y siempre sale a consultar la opinión ajena. ¿Qué
manifiesta en su vida común? Confusión y disparates.
Pues, si el hombre, que es apenas un átomo en la Creación , pone todos sus
pobres recursos a favor de un niño extraño, el Dios infinito, Todopoderoso,
nuestro Padre-Madre, cuya esencia ha formado a aquel hombre, tiene infinitos
recursos para redimir, proteger y salvar a su infinita creación.
Esta es la forma de aplicar en la práctica este Principio.
Estudiando la mónada se llega al Ángel, dijo Hermes.
No podemos juzgar ni apreciar exactamente cómo es una condición
de vida superior a aquella que estamos viviendo. Un pobre piensa de un rico:
“¿Cómo será de agradable el tenerlo todo?”. No lo está experimentando y no lo
podrá apreciar totalmente hasta que se encuentre rico, aunque sí puede
anticipar el agrado juzgando por lo que él mismo siente cuando logra
satisfacciones, de acuerdo a su nivel económico.
Eso mismo ocurre entre planos o dimensiones. La hormiga vive en
primera dimensión. La mente en ella no pasa de ser un instinto. No le es
posible, pues, ni calcular siquiera la vida de un hombre. A esto he querido
llegar para explicar el término “conciencia” que tanto usamos en Metafísica y
cuando mencionamos la “conciencia espiritual” y la “conciencia material” y el
“derecho de conciencia”, etc., es el estado de adelanto o de atraso. Es el
estar consciente de algo, en pleno conocimiento de algo por el hecho de estar
experimentándolo en carne propia o en mente propia.
Si la hormiga le fuere posible meditar sobre el hombre y si se
le pudiera enseñar a aplicar el Principio de Correspondencia, habría que
decirle aproximadamente: “Un hombre es un ser como tú, que fabrica su casa como
tú, que busca alimento como tú, que tiene gobierno como tú y sus reglas de buen
convivir como tú”. Nada de lo demás lo puede captar porque nada de lo demás ha
entrado en su plano de conciencia.
En cada plano existen adelantados que ya están casi a punto de
ascender al próximo plano de conciencia, y que ya vislumbran o presienten las
condiciones superiores. Entre los animales hay perros, caballos, etc., de los
cuales se dice: “Le falta poco para hablar”. Entre los hombres surge un Jesús,
por ejemplo, que condesciende en regresar a un plano inferior con el propósito
de enseñar a adelantar.
Nosotros estamos ya entre planos, viviendo y aprendiendo las
condiciones del plano Mental, al cual nos estamos graduando. Se dice de
nosotros que estamos desarrollando “la conciencia espiritual”, o sea, que nos
estamos haciendo conscientes de cosas insospechadas por la gran mayoría que
vive en “la conciencia material”.
Por esto, la gran mayoría rechaza la idea de que los platillos
voladores puedan ser naves espaciales dirigidas por superhombres que vienen a
escrutarnos, tal como nosotros nos detendríamos a escrutar a una pajarita en su
nido empollando sus huevecitos. No nos quieren mal. Sólo nos curiosean. Como es
abajo es arriba.
Principio de Vibración
«Nada
está inmóvil, todo se mueve; todo vibra.»
Este es el tercer principio hermético. Empecemos por pensar en
la hélice de un avión. Cuando está inmóvil vemos las astas; dos remos de madera
fijos a un eje. De pronto se ponen en movimiento, van acelerando y al ratito
¡no vemos nada! Se vuelven transparentes. Esto es lo que ocurre con la alta
frecuencia. Por esto mismo es por lo que no vemos a los espíritus
desencarnados. Ellos viven aquí en medio de nosotros, pero en una frecuencia de
vibración diferente a la de nuestros cuerpos de carne y hueso. En cambio, la
aparente inmovilidad de una roca –que también se mueve en su propia frecuencia
de vibración- se debe a que su rata vibratoria es excesivamente lenta.
El pensamiento positivo vibra a una frecuencia altísima. Sus
colores son brillantes, claros, luminosos. El pensamiento negativo vibra
lentamente y sus colores son opacos. Cuanto más negativos, tanto más sombríos y
más bajo el “tono” de su sonido.
El pensamiento positivo, como la mente que está polarizada en
plano positivo, no puede ser dominado por una vibración baja, a menos que haya
algún concepto e idea negativa “agarrada” por alguna parte en el individuo. O a
menos que el individuo permita que su pensamiento se vuelva negativo. Jesús
dijo: “El dios de este mundo viene a mí y no encuentra nada en mí para asirse”.
“El dios de este mundo” es el polo negativo que es lo que impera en la mayoría
de las mentes. Así, el polo positivo, ya lo hemos establecido, es de alta
vibración. El polo negativo, de baja vibración. Los sonidos bajos son de
vibración lenta. Los sonidos altos, de alta vibración. Los colores brillantes
de alta frecuencia.
Todo lo que es materia está siempre en movimiento circular.
Girando en torno a algo más grande como los planetas giran alrededor del Sol.
Éste es el patrón universal para todo lo material.
Los herméticos han enseñado siempre el movimiento vibratorio de
la luz, el calor, el magnetismo, la cohesión, que es el principio de la
atracción molecular que llamamos comúnmente “Amor”, lo mismo que ese gran
misterio llamado “la gravitación” o “gravedad”.
Hoy todo el mundo conoce la relación entre el movimiento y el
sonido, aunque aún no se ha estudiado en nuestro plano terreno, o sea, que aún
nadie le considera de gran importancia. ¿Quién no ha percibido el zumbido de un
abanico eléctrico girando a máxima velocidad? La rotación va produciendo
diferentes sonidos musicales. Un avión que pasa emite un sonido musical del
cual se desprenden varios otros tonos. Éstos se llaman “armónicos”, como es
sabido por los músicos. Cuando se golpea una nota musical cualquiera, digamos
en un piano, repercuten otras dos notas en octavas más altas. Los tonos que
suenan son una tercera y una quinta nota del tono golpeado. Esta combinación
armónica se llama “el acorde mayor” por lo general.
El oído humano no percibe los sonidos que pasan de cierta
frecuencia. Cuando algo gira emitiendo un sonido que va en aumento de
velocidad, pasada la frecuencia imperceptible para el humano se comienza a ver
grados de color, empezando por el rojo oscuro. A medida que aumenta la
velocidad, el color se va haciendo más brillante, luego pasa al naranja, luego
al amarillo, de allí al verde, el azul, al añil y, al fin, al violeta. Si la
velocidad aumenta se vuelve blanco, y de allí en adelante se suceden los rayos
llamados “equis” (X), luego electricidad y, finalmente, magnetismo. Más
adelante estaremos en planos mentales y espirituales. Einstein decía que
mientras más estudiaba la electricidad, más cerca se encontraba del espíritu.
Para los humanos estas cosas son aún inexplicables. Pertenecen a los planos
sutiles donde residen nuestros cuerpos etérico, emocional, mental y espiritual.
Los estados de ánimo vibran y lanzan al espacio esas vibraciones
en sonidos y colores. Todos los estados mentales se lanzan al exterior del
cuerpo que los crea, van golpeando cuerpos afines como hacen los instrumentos
musicales, y estas vibraciones afectan en bien o en mal a otras mentes,
aumentando los estados emocionales y mentales que están a tono con ella. Por
ejemplo, si alguien se encoleriza, lanza vibraciones de ira, las cuales son
atraídas magnéticamente por otro que está también encolerizado, se aumentan
unas a otras. El estado emocional va empeorando y se puede llegar hasta el
crimen cuando las personas afectadas no tienen el hábito de controlarse.
Los pensamientos e ideas respecto a Dios, sobre los Maestros de
Sabiduría, sobre el Yo Superior o sobre todo lo noble y puro tienen vibraciones
altísimas. Éstas elevan cualquier vibración menor, pudiendo curar enfermedades,
resolver problemas, etc.
Principio de Polaridad
«Todo es
doble; todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los
antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero
diferentes de grado; los extremos se tocan; todas las verdades son
semiverdades; todas las paradojas pueden reconciliarse.»
Este cuarto gran principio hermético encierra la verdad de que
todas las cosas manifestadas tienen dos aspectos, dos polos, que son un par de
opuestos con innumerables grados entre ambos extremos. Aquellas antiguas y
eternas paradojas que han confundidos las mentes como: “Todo es y no es, al
mismo tiempo” y “Los extremos se tocan”, quedan explicadas si se medita este
principio.
En el plano físico encontramos que el calor y el frío son de
idéntica naturaleza, siendo la diferencia sólo cuestión de grados. El
termómetro indica los grados de temperatura, siendo el polo inferior el llamado
frío y el superior, calor. Entre estos dos hay muchos grados de calor y frío y,
de esos grados, el superior es más caliente en relación con el inferior que es
más frío. No hay absolutamente un tipo
fijo. Todo es cuestión de relación y grados. No hay ningún sitio en el
termómetro en donde cese el calor y comience el frío. Absolutamente. Todo se
reduce a vibraciones más o menos elevadas o bajas. Las propias palabras
“elevado” y “bajo” que estamos usando no son más que dos polos de una misma
cosa. Son relativos.
Así sucede igualmente con el Este y el Oeste. Si viajamos
alrededor del mundo en dirección oriente, llegamos a un punto que se llama
occidente. Marchamos lo suficiente para el Norte y pronto nos encontramos
viajando hacia el Sur.
El mismo principio se manifiesta en la luz y la oscuridad, las
que en resumen son la misma cosa. ¿Dónde termina la oscuridad? ¿Dónde empieza
la luz? ¿Cuál es la diferencia entre grande y pequeño? ¿Cuál es duro y blando?
¿Entre blanco y negro? ¿Entre positivo y negativo? La escala musical es lo
mismo. Partiendo de “si”, llegamos a encontrar el “si”.
El mismo principio opera en idéntica manera en plano mental. El
amor y el odio son considerados como diametralmente opuestos e
irreconciliables; pero si aplicamos el Principio de Polaridad encontramos que
no existe ni un amor absoluto ni un odio absoluto diferentes uno de otro; los
dos no son sino términos aplicados a los dos polos de una misma cosa. Empezando
en cualquier punto de la escala encontramos más amor y menos odio si ascendemos
por ella, o menos amor y más odio si descendemos. Hay muchos grados de amor y
de odio, y existe también un punto medio donde el agrado y el desagrado se
mezclan en tal forma que es imposible distinguirlos. El valor y el miedo quedan
también bajo la misma regla. Los pares de opuestos existen en todo. Donde
encontramos una cosa encontramos también su opuesto.
Esto último es lo que permite transmutar un estado mental en
otro, siguiendo las líneas de polaridad. Las cosas diferentes no pueden
transmutarse unas a otras, pero sí las de igual clase. Por ejemplo, el amor no
puede transmutarse en Este u Oeste, pero sí puede tornarse en odio, e, igualmente
el odio, cambiando su polaridad, puede tornarse en amor. El valor puede
transmutarse en miedo y viceversa. Las cosas duras pueden tornarse en blandas,
y así sucesivamente, efectuándose siempre la transmutación entre las cosas de
la misma clase pero de grado diferente. Tratándose de un hombre cobarde, si se
elevan sus vibraciones mentales a lo largo de la línea miedo-valor, se llenará
de valentía y despreciará el peligro. Igualmente, lo perezoso puede hacerse
activo y enérgico, polarizándose simplemente a lo largo de la línea
pereza-diligencia.
Una vez entendido el Principio de Polaridad se ve inmediatamente
que los cambios mentales que deseamos ver en nuestros enemigos, amigos,
nuestros hijos, empleados, etc., son posibles aplicando la
Ley. Es como producir un deslizamiento a lo
largo de una escala, a saber, no se trata de transmutar una cosa en otra
completamente diferente, sino de reducirla a un simple cambio de grado de la
misma cosa. Los estados mentales pertenecen a innumerables clases, cada una de las
cuales tiene su opuesto, y a lo largo de su propia línea es posible la
transmutación.
El espíritu y la materia son polos de la misma cosa, siendo los
estados intermedios, o planos, cuestión de grados vibratorios solamente. Estos
dos polos, en todo lo que existe, se clasifican ellos mismos por su grado
vibratorio, o sea, su frecuencia, en positivos y en negativos. Así, el amor es
positivo, el odio es negativo. La fe es positiva, el miedo es negativo. La
actividad es positiva con relación a la inercia. El color blanco es positivo
contra el negro negativo. La verdad es positiva, la mentira negativa. La
prosperidad es positiva, la carencia negativa. Los superior es positivo, lo
inferior negativo. Debemos recordar que la tendencia de la naturaleza es en
dirección a la actividad dominante del polo positivo.
Además del cambio de polo de nuestros propios estados mentales
mediante el arte de la
Polarización , el fenómeno de la influencia mental en sus
múltiples fases demuestra que el principio puede extenderse hasta abarcar las
influencias mentales; esto es, que los estados mentales pueden producirse por
inducción de los demás. Es, pues, posible polarizar un ambiente, una situación.
La mayoría de los resultados obtenidos mediante los tratamientos mentales se
obtienen aplicando este Principio.
Nosotros, los estudiantes de Metafísica, jamás empleamos este
Principio en otro sentido que el del bien, pues, como se verá más adelante en
el Principio del Ritmo y el de Causa-Efecto, que son las leyes del bumerán, lo
que hagamos hacia otros se nos devuelve en idéntica forma, tarde o temprano.
La práctica de este Principio nos permite comprender mejor
nuestros propios estados mentales, así como los de los demás, y nos cerciora de
que esos estados son puramente cuestión de grados, pudiendo elevar las
vibraciones interiores a voluntad, cambiando la polaridad y haciéndonos dueños
de esos grados en lugar de sus esclavos.
Esta ley nos permite ayudar a otros inteligentemente,
polarizando situaciones. Por ejemplo: Ya tú sabes saludar, reconocer y
despertar el Cristo en tus semejantes. Es simplemente recordando que el Yo
Superior, el “YO SOY”, la
Verdad del prójimo es Perfección. En el lenguaje de la
Nueva Era se llama “El Concepto
Inmaculado”. Cuanto más emplees esta práctica, tanto más se te olvidarán los
defectos que hayas visto o que veías en los demás. Llegará el momento en que no
te afectarán en lo más mínimo, porque te sentirás en perfecta seguridad de que
ese prójimo y hermano sólo está manifestando una mentira que con sólo saberlo tú,
elevas su rata vibratoria hacia el positivo, su Verdad.
Las frecuencias vibratorias de un metafísico entrenado a menudo
logran transformar un ambiente en que él penetra, simplemente con su presencia.
Sólo con la vista de sus ojos, de su sonrisa, de su paz y su alegría polariza
los estados mentales. Con unas cuantas palabras positivas transmuta conceptos
ajenos negativos imperantes en el ambiente, porque cambia el humor de los
presentes, se llenan de esperanza donde antes estaban desesperanzados. En este sentido,
el poder de Jesús era tan grande que curaba a los enfermos a su paso, y les
decía: “No volváis a pecar”. El grado de realización que tenga el estudiante,
el practicante, al reconocer el Concepto Inmaculado de los demás por encima o a
pesar de la apariencia que estén manifestando, cura completamente o mejora la
condición. Todo depende de su propia fe. (Recuerda que fe es conocimiento.)
El metafísico sabe que la enfermedad es una apariencia producida
por una forma mental, creación del individuo. Es ignorancia y credulidad. Sabe
que la Verdad
eterna es VIDA. Sabe que se está manifestando una enfermedad porque aquel
hermano está creyendo realmente en la forma mental que él ha creado.
Al polo positivo pertenece la sonrisa; al negativo, el ceño
fruncido. Si quieres cambiar de polo en plena manifestación negativa, sonríe,
declara el bien presente en la manifestación, bendícelo y agrega: “Y lo quiero
ver”. Eso es todo. Verás transmutarse lo negro en blanco, lo triste en alegre,
el mal en bien. Pruébalo. Polariza todas las situaciones que se te presenten,
todos los ambientes donde penetres, todos los seres que hablan contigo y los
oirás exclamar: “¡Pero qué bien me siento!”. Polariza a tus hijos, tus amigos,
tus empleados, tus alumnos, y así serás lo que llamó Jesús “La sal de la Tierra ”.
Principio del Ritmo
«Todo
fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso; todo asciende y
desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la
derecha es la misma que la de su movimiento a la izquierda; el ritmo es la
compensación.»
Este principio encierra la verdad de que todo se manifiesta en
un determinado movimiento de ida y vuelta; en todo se manifiesta una oscilación
media, un flujo y un reflujo, un movimiento semejante al del péndulo de uno a
otro polo, según el principio de Polaridad, con el cual el Ritmo se manifiesta
entre los dos polos de todo. Esto se manifiesta entre los dos polos de todo.
Esto no significa que la oscilación rítmica vaya hasta los extremos de cada
polo, pues esto sucede muy rara vez; es muy difícil establecer los opuestos
polares extremos en la mayoría de los casos. Pero la oscilación se efectúa
hacia un polo primero y después hacia el otro polo. Siempre hay una oscilación,
un avance y un retroceso, una elevación o una caída manifestándose en todas las
cosas y fenómenos del universo.
Esta ley rige para todo: soles, mundos, mentes, energía,
espíritu, materia, animales, vegetales, etc. Lo vemos en la historia de la
vida, en todas las cosas, en la elevación y caída de las naciones, es decir, que
en todo los Planos este principio está en función. En el Plano Espiritual, por
ejemplo, siempre hay una emanación seguida de una absorción. Nosotros, emanados
de Dios, nacemos (descendemos a la conciencia material) y luego morimos (somos
absorbidos a conciencia espiritual). Éste es nuestro Gran Ritmo. Es una
evolución rítmica ascendente, en nuestro nacer y morir. Es la respiración y la
aspiración de Brahma, según dicen los brahmines. Los universos se crean,
alcanzan el punto más bajo de materialidad y, entonces, comienza la oscilación
de vuelta. Los soles nacen, llegan a la cumbre de su poder, y empieza el
proceso de retrogresión y después de Eones de tiempo se convierten en grandes
masas de material inerte, esperando otro impulso que los lleve a otro nuevo
ciclo de vida solar. Éstos son los grandes ritmos, pero el principio lo vemos
en todo. Así, en los grandes movimientos filosóficos, creados de cualquier
clase; gobiernos, políticos de turno; nacen, crecen, llegan a la madurez,
decaen, mueren; sólo para renacer de nuevo. Todo se repite una y otra vez,
igual el pulso, que es el ritmo más pequeño que nosotros podemos ver o sentir;
el día y la noche, las estaciones, nada está en reposo. Todo tiene su propio
ritmo. También lo vemos en todas las fases de la actividad humana. Las mareas
de la vida fluyen y refluyen de acuerdo con la ley, y así vemos suceder
nuestros estados de ánimo fluctuantes, nuestros sentimientos, nuestros estados
mentales. Vemos que empezamos algo con gran entusiasmo que no sabemos cuándo ni
por qué decae, y luego vuelve, y así nos va manejando este principio porque él,
como toda ley, es inmutable. Siempre se cumple; pero al estudiarlo y conocerlo,
y saber que él siempre está en función, se aprende a usar igual que lo hacemos
con la ley de Mentalismo, la de Causa y Efecto o la de Polaridad. Es decir, que
estas leyes no son buenas ni malas. Simplemente garantizan el funcionamiento
armónico del universo, y es nuestro conocimiento y uso de ellas lo que las hace
buenas o malas para cada quien. En este caso, por ejemplo, sabemos que no se
puede anular el principio del Ritmo, pero tampoco podemos permitir, una vez
conocido, que juegue con nosotros y nos lleve de allá para acá, igual que una
brizna de paja, sino que aprendemos a eludir sus efectos hasta cierto grado.
Grado que depende del dominio que se tenga de dicho principio.
Aprendemos a usarlo una vez de ser usados por él. Aprendemos a
polarizarnos en el punto donde deseamos quedarnos y nos elevamos por encima de
la oscilación pendular. Todo el que ha adquirido cierto grado de dominio sobre
sí mismo ejecuta esto hasta cierto punto, consciente o inconsciente. El maestro
lo efectúa conscientemente y, por el dominio de la ley, alcanza un grado de
equilibrio, estabilidad y firmeza mental casi imposibles de concebir por la
mayoría que va y viene en un continuo movimiento ondulatorio, siempre impulsada
por su propio ritmo. Sabemos que hay dos planos de manifestaciones de los
fenómenos mentales, o sea, dos planos de conciencia: uno superior y otro inferior.
Entonces si nos elevamos al plano superior escapamos a la oscilación pendular y
sólo se manifiesta en el plano inferior. En otras palabras, la oscilación del
péndulo se produce en el plano inconsciente y nuestra conciencia no queda por
lo tanto afectada. A esto lo llamamos Neutralización. Su operación consiste en
elevar el YO sobre las vibraciones del plano inconsciente de la actividad
mental, de manera que la oscilación negativa del péndulo no se manifieste en la
conciencia y no quede uno afectado por ella. Es lo mismo que levantarse por
encima de una cosa y permitir que pase por debajo. El que conoce y practica la Ley se polariza a sí mismo en
el polo requerido y por un procedimiento semejante a rehusar o negar participar
en la oscilación retrógrada, permanece en su posición y permite al péndulo
oscilar hacia atrás en plano inconsciente.
Principio de Causa y
Efecto
«Toda
causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo con la Ley ; la suerte no es más que
el nombre que se le da a una ley no conocida; hay muchos planos de casualidad,
pero nada escapa a la Ley.»
La mente es un motor. Los pensamientos son fuerza o energía que
genera la mente. Esta energía sale de nuestra mente en vibraciones, en ondas
que, por obra y gracia de la ley del Ritmo, regresa a nosotros trayéndonos el
futuro que hemos recogido. El futuro es análogo a lo que hemos sembrado, es
decir, que si haces un bien a alguien o si hablas bien de alguien, esas
palabras o ese acto bueno sale en vibraciones de color. Ese color atrae las
vibraciones de su mismo color y te regresan aumentando el bien que hiciste. Te
ocurren cosas bellas, cosas milagrosas y dices: "¡Qué casualidad, mira lo
que sucedió hoy por la mañana, qué maravilla!"
No existen casualidades porque no existe la ley de la
casualidad. No hay sino leyes exactas llamadas Principios, porque son
inmutables. El principio de Polaridad fija lo que haces y dices en uno de los
dos polos, positivo o negativo. Es decir, que lo que piensas, dices o haces, es
positivo o negativo. No existe un tercer polo.
Si piensas o hablas mal de alguien, es negativo. Lo has sembrado
en polo negativo, sale de color gris o negro, dependiendo de la cantidad de
maldad que contiene, recoge en su camino cantidad de energía del mismo color y
te regresa aumentando en fuerza. Te ocurre un choque, un accidente, siempre
será algo desagradable. Allí tienes, pues, la explicación de lo que te ocurre.
Si criticas, serás dañado o algo tuyo sufrirá un daño; si eres injusto, duro,
esa injusticia te devuelve igualmente esa dureza. Esas causas que siembras
tienen que dar su fruto en efectos, antes de que quedes liberado. Si siembras
discordias, tienes que recoger discordias; si siembras bondad, amor, ayuda,
tienes que recoger bondad, amor, ayuda. Lo que siembres, sea constructivo o
destructivo, lo verás devolverse. ¿Cómo puede la gente seguir creyendo que
puede impunemente ser crueles, calumniadores, malhumorados, violentos,
mezquinos y esperar tener salud, amor, fortuna, felicidad, es decir, todas las
cosas buenas de la vida, si sólo siembran las cosas malas? El mundo entero se
lo pasa enviando odio, egoísmo, discusiones, pleitos... y recogen la cosecha en
confusión, caos, guerras y molestias de todas clases.
No siempre se puede devolver la cosecha inmediatamente. El
planeta Tierra tiene una cantidad enorme de deudas acumuladas, de todo el
mundo, y se desahoga por donde puede, en tempestades, ciclones, terremotos,
desastres marinos, derrumbes, inundaciones, erupciones volcánicas, etc. Muchas
veces las personas a quienes hemos dañado en alguna forma se mueren antes de
que se haya podido saldar la cuenta con ellas, y TIENE que haber una
oportunidad para saldarla en el futuro, porque DIOS ES INIFINITA MISERICORDIA y
no deja a un hijo suyo en eterno castigo sin darle oportunidad de saldar sus
deudas. Por eso Dios ha instituido la reencarnación; para dar la oportunidad de
pagar las deudas, y ... para dar también la oportunidad de cobrar el bien
carnal y material que hayamos merecido y que no se puede cobrar en un plano invisible
e inmaterial. No sería justo que nos quedáramos sin el premio a nuestros
esfuerzos y bondades. No se puede quedar uno allá eternamente si se tienen
cosas pendientes aquí. Y se debe recordar que el lema de estos estudios es
"Conservo y mantengo mi mente amplia". Ustedes oyen, meditan y
resuelven creer lo que les parece justo, lógico, razonable, de sentido común.
Lo que no pueden tragar o aceptar, déjenlo para más adelante. Algunas cosas son
tan nuevas para ustedes que se les hará difícil aceptarlas de repente, por eso
les recomiendo que lo piensen con la mente amplia, abierta, sin cerrarle la
puerta de inmediato. Les advierto desde ahora que las células del cerebro se
van despertando poco a poco. Si una recibe una idea nueva, hay células dormidas
que aún no han vibrado y que esta nueva idea las despierta. Cuando te acabas de
despertar no sabes aún muy bien lo que se te está diciendo. Al cabo de un rato,
después de haberte duchado o desayunado, entonces puedes absorber lo que se
dice, ¿verdad? Recuerda, pues, la ley de Correspondencia: "Como es arriba
es abajo". Lo mismo ocurre con las células que se acaban de despertar: la
ley es igual para todo. Ya ustedes comienzan a ver que aquello tan raro y tan
misterioso que llaman la reencarnación, tiene su razón de ser, basado en la
armonía y en la misericordia divina, y que no es una cosa estrafalaria y loca.
Hay que conservar la mente amplia porque todo tiene una explicación.
La reencarnación es una Verdad y es la única explicación lógica
de la aparente injusticia que ves. Cuando observas personas espléndidas,
constructivas, pasando situaciones difíciles, mientras que otras llamadas
"malas" parecen estar gozando de todas las cosas buenas de la vida,
puedes estar segura de que no hay ningún error ni injusticia. ¿Crees en Dios?
¿Crees que es bueno y justo? Entonces, ¿cómo vas a creer que es injusto? Cada
persona está encontrándose con efectos de causas previas que ha ocasionado
alguna vez en alguna parte en el pasado y de lo cual no tiene recuerdo. Si
estas personas que tienen deudas kármicas desean en su interior hacer servicio
a los otros individuos, para balancear, equilibrar y borrar los malos
sentimientos, oigan bien, quedan libres de esta deuda. Pero si no pueden lograr
estos sentimientos y buenos deseos, la vida los reunirá de nuevo tantas veces
como sea necesario, hasta que se cumpla, y cada vez en asociación más cercana
(a veces llega a nacer madre e hijo) porque la Ley del Amor es así. Trata de disolver enemistad
con amor. Cuando entre dos personas existe una atracción de amor y armonía, es
seguro que estuvieron en contacto y asociación armoniosa en vidas anteriores, y
pueden expandir esta cualidad tan necesitada en el mundo. Cuando noten un
sentimiento de resistencia contra alguien, es que las sensaciones recuerdan una
asociación discordante o desagradable.
Es muy confortante saber que el perdón de Dios, por el mal uso
de su energía, siempre está a la mano para aquellos que lo desean realmente.
Aquel "Fuego Eterno" y "Castigo Eterno" que inventaron las
religiones de la era pasada para controlar al mundo a través del temor, la
superstición y la obediencia ciega, no es verdad. Cualesquiera que sean las
causas, el pecado, la imperfección, la impureza, el error que hayan sido
cometidos, hay una manera consciente de transmutar esos errores. ¿Sabes lo que
quiere decir transmutar? Disolver, borrar completamente y sin costo alguno.
Cuando los humanos se dan cuenta de que ellos mismos son los
causantes de todos sus males y de todas sus calamidades, de todas las limitaciones
en su mundo, de pronto desean arreglar las cosas, sinceramente. Ese deseo es el
que cuenta y es necesario que sepan que toda clase de asistencia les es dada.
Hasta que llega ese momento, el hombre o la mujer se ponen en rebelión contra
las circunstancias y hasta contra Dios, o se someten a las condiciones creyendo
que son la voluntad de Dios, y, por supuesto, esto es mentira. ¡ES
IMPORTANTÍSIMO QUE RECUERDES ESTO EN TODO MOMENTO!
Cuando el estudiante se da cuenta de que lo fabricado por su
mente es tan importante que rige su destino y hasta el destino de los demás;
cuando se percata de que todos sus decretos se manifiestan y que nadie,
absolutamente nadie sino él mismo, puede ser culpado por lo que a él le ocurre,
se llena de pánico y hace lo de siempre: buscar a quien culpar, a quien
soltarle el castigo. ¿Qué ocurre? Que se le suelta el cuerpo, a la materia,
achacándole toda la responsabilidad y procede a castigarla de la forma más
inmisericorde. ¿Cómo? No me lo van a creer..., con todas las antiguas flagelaciones
y torturas a que se sometían los "santos y mártires", porque eso lo
tiene archivado el subconsciente desde épocas remotas del cristianismo. Claro
está que nadie toma un látigo en la mano. Ya eso no se estila. Pero sí procede
a torturarse mentalmente. Procede a vigilarse como un policía y a decirse:
"¿No ves? ¡Ya caíste otra vez! ¡Ya lo volviste a hacer! ¡Ya vas a volver a
sufrir las mismas consecuencias!"
Por supuesto, como esto es un decreto, ¡vuelven a ocurrir las
mismas consecuencias! No solamente, sino que se le ha ofrecido un poder de
"carta blanca" a una forma mental de culpabilidad, fabricada
especialmente para que continúe torturándose a cada desliz y que no nos deje
adelantar. Cada vez que te encuentres castigándote, regañándote, con las
resultantes torturas, recuerda que basta con SABER que hemos "pecado"
(para usar la frase católica a que estás acostumbrado). SABERLO quiere decir
que ya estás consciente del Bien y del Mal. Ya sólo es cuestión de tiempo, no
mucho tiempo, para que tu subconsciente te ataje antes de cometer el mismo
pecado de nuevo. Es el Principio de la Confesión. "Pecado confesado es medio
perdonado", pues la confesión católica no ha tenido sino un sólo
propósito: el de hacernos conscientes de cuándo hemos cometido una infracción.
El perdón del sacerdote es nominal. El que realmente perdona es el Cristo
Interior. El que nos dirige es Él. Todo lo que tienes que hacer es decirte y
repetirte mentalmente: "Mi Yo Superior, que es el Cristo Perfecto en mí,
es el encargado de irme conduciendo sin torturas hasta mi Ascensión". Y
una vez que hayas realizado, meditado y comprendido esto, ya no vuelvas a
"pecar" voluntariamente, y se te abren las primeras puertas del
cielo, ya que todo esto comprueba que has puesto toda tu buena voluntad, y el
Maestro más grande de todos los tiempos, Jesús, lo dijo: "Paz en la tierra
a los hombres de buena voluntad".
Principio de Generación
«La
Generación existe por doquier; todo tiene sus principios masculino y femenino;
la generación se manifiesta en todos los planos.»
Como los principios anteriores, este principio está siempre en
acción. Nada puede existir sin el Principio de Generación, o sea, sin su padre
y su madre. Todo, absolutamente todo, tiene padre y madre, o su base femenina y
su base masculina. No es, como comúnmente se cree, que la base sea el sexo.
Esta palabra, "sexo", no se aplica sino a las diferencias físicas que
existen entre el macho y la hembra, en un pequeñísimo sector del plano físico.
Piénsenlo y recuérdenlo: sexo es la diferencia que existe exteriormente entre
el macho y la hembra en el gran plano físico. O sea, que el sexo NO ES el
Principio de Generación. Es simplemente la presencia del Masculino y el
Femenino en toda creación. ¿Comprendes bien?
En ese sector del plano físico, el principio se reconoce, se
manifiesta o se deja ver por la diferencia de los sexos. En los planos más
elevados, el principio toma formas elevadas, pero cada ser contiene en sí mismo
los dos elementos de ese principio.
El mundo ha atravesado miles de conjeturas sobre la verdad, que
luego se convierten en teorías, enseñanzas, sectas, organizaciones, cultos,
religiones. Todo lo que oigas decir de sectas que practican enseñanzas
perniciosas no es otra cosa que una prostitución del Gran Principio Natural de
Generación. Todo eso es anticuado, caído en desuso. La Verdad siempre es sencilla
y natural. Para el puro, todas las cosas son puras. Para el ruin, todo es ruin.
La palabra "género" significa "crear",
"concebir", "producir". En tanto que la palabra
"sexo" se limita a la vida orgánica.
¡Es absurdo y ridículo que la Ciencia y la Religión continúen en plan de enemigos, el Padre contra la Madre y viceversa! La Ciencia se burla de la Religión y ésta censura,
critica y vitupera a la Ciencia. En
esta Era de Oro, Era de Saint Germain, se están descubriendo la una a la otra,
sin darse cuenta exacta aún. La
Metafísica reúne y explica esta verdad. Nuestro gran Maestro
Emmet Fox llamó esta enseñanza "La Oración Científica ".
Hay que hacer una aclaración muy importante, y es que una cosa
es la Religión
y otra es la "Iglesia", y es que la mayoría de los humanos no conocen
la diferencia y confunden una cosa con la otra, nombrando, algunas veces, a la Religión y, otras, a la Iglesia como si los dos
términos fueran uno. La
Religión es el conjunto de Verdades basadas en el Amor
Universal, en la Caridad ,
en los sentimientos filiales y fraternales, en la práctica que encierra el
"Amaos los unos a los otros" y en el "Amar a Dios sobre todas
las cosas y al prójimo como a ti mismo".
La palabra Religión significa algo que está doblemente ligado, o
sea, "re-ligado", unido por conexión, y eso es absolutamente todo.
Tampoco necesita algo más, ya que esa cohesión la logra el Amor. Ya,
anteriormente, hemos dicho que la
Ley de Atracción, Adhesión y Cohesión es el nombre que la Inteligencia (Ciencia
- Padre) le da al Amor. "Amor" es el término que el corazón (Madre)
le da a la ley que atrae, une y adhiere con tal potencia que nada puede
separar. Todo lo que de allí se desprende (fervor, devoción, caridad, etc.) son
cosas típicas de la Madre. El
papel que desempeña la madre en una familia, "religando" y
entrelazando a todos sus hijos por medio de su amor, sus cuidos, sus
enseñanzas, su devoción; la atracción que ejerce sobre toda la familia esa
vibración, que aún después de muerta sigue ejerciendo su influencia invisible,
recordándole a todos que son hermanos ligados por un mismo padre y
"religados" por una misma madre, eso es la Religión.
La "Iglesia" es un organismo o una organización humana
creada por los hombres. El término viene de Ecclesia, palabra latina que
significa "reunió", o sea, conjunto de cosas dispersadas. Lleva el
objeto de reunirse para orar, practicar obras piadosas, enseñar, etc. Pero
después de fundada la primera Ecclesia, pronto degeneró en u instrumento de
amenazas, castigos, dogmas, reglas, indulgencias y permisos especiales, todo
para obligar a una lealtad hacia ELLA. No hacia la Religión , entiéndase,
sino hacia las leyes que Ecclesia impuso. Leyes y obligaciones físicas y
corporales, limitaciones, ritos y observaciones obligatorias, todas catalogadas
por los escribas ordenados por esas Ecclesias, especialmente parafraseadas para
confundir los términos "Ecclesia" y "Religión" en las
mentes ingenuas de los tiempos cristianos primitivos.
¿Comprendes ahora la diferencia entre Iglesia y Religión? Son
muy pocos los que aman u conjunto de reglas duras e inflexibles que se basan en
el temor y la amenaza. Aún los que aparentan ser más adictos a la Ecclesia , están sólo
aparentándolo de labios afuera, sintiéndose amenazados; pero en sus vidas
privadísimas, sobre todo en sus ideas y sentimientos, actúan en forma
totalmente opuesta.
El alma, en términos generales, es el conjunto de cuerpos o
vehículos inferiores, sutiles, en los cuales radican los sentidos, los
sentimientos, las emociones, y, demás está decir que, si se trabaja en un
cuerpo muerto del cual se ha separado el alma, no es posible encontrar huellas
de ese sentimiento ni esos sentidos llamados "el alma". Lo que
imparte goce o sufrimiento al cuerpo es el alma. Cuando el cuerpo está vivo, el
cirujano lo duerme para que no sufra, pero él ignora que lo que sufre es el
alma.
Sin embargo, ya la
Ciencia está descubriendo cosas que le hacen pensar. Pensar
en otro aspecto del asunto, se entiende. ¡Primero encontró que el átomo no es
el fin de la materia! El átomo, ese patrón establecido de la familia humana, no
es el diseño más pequeñito en existencia. Todavía se puede subdividir en
multitud de corpúsculos hermanos, hijitos, etcétera, repitiéndose el patrón
establecido hasta el infinito. ¡Claro! "Como es arriba es abajo" y
viceversa, ¿no dice así el Principio de Correspondencia?
Siempre encontramos a la madre con sus hijitos girando en
contorno. Y, ya que "Como es abajo es también arriba", vamos
ampliando el diseño hasta encontrarnos casi al nivel de nuestros ojos, que el
eterno patrón lo tenemos siempre a la vista en el Sol, con sus planetas girando
en contorno, tal como el diseño del átomo.
La Ciencia, un poco confusa con tantas evidencias del Polo
Femenino y el Polo Masculino, primero tanteó poniéndole nombres distintos a
esas manifestaciones. Primeramente llamó Polo Negativo al Femenino y Polo
Positivo al Masculino. ¡Pero andando el tiempo, se encontró que no hay nada más
opuesto al negativo debilucho que ese femenino que genera precisamente formas y
energías nuevas! Luego emplearon el término "cátodo" en lugar de negativo,
pero resulta ahora que el cátodo es el generador de un torbellino de
corpúsculos, electrones y fenómenos que han desbaratado todas las teorías
aceptadas. El tal cátodo, pues, es el Principio Madre de los fenómenos
eléctricos y de las tan sutiles formas de materia que la Ciencia se la pasa
encontrando. Más y más se está llamando al cátodo "Polo Femenino",
¡lo cual es mucho más simpático que la otra alternativa de que "los
corpúsculos creadores están cargados de energía negativa"!
FESTIVALES ESPIRITUALES ANUALES
Festival Anual de Asala, Luna Llena de Tauro
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